A mi ya no me duele la regla

superpoderosa2

Cuando era adolescente recuerdo como terribles los días del período. Sudores fríos, un dolor insoportable e incluso desmayos en algunas ocasiones. Era un cuadro, y más para mí que trataba por todos los medios que eso de «ser mujer» no fuera ningún impedimento para hacer con mi vida lo que me diera la gana. Por aquel entonces tomaba Feldene para aliviar los síntomas. Y digo aliviar porque no lo quitaba en absoluto. Por cierto, el medicamento Feldene ahora sólo está permitido en el uso hospitalario.

Después de eso me pasé a Espidifen, porque la regla dolía, y mucho. Jodida regla. Como muchas mujeres creí que con el parto ese dolor desaparecería, pero no fué así. Mi teoría era que al tener el útero más grande después del parto dolería aún más.

De verdad que ese dolor para mí era simplemente era insoportable. También es cierto que mi capacidad para soportar el dolor es mínimo. Hay quienes soportan más dolor, a mí te aseguro que el mínimo dolor es insoportable. Incluso siento desmayos si el dolor se vuelve un poco más fuerte de la cuenta. Algo que me preocupaba en mi parto. Me preguntaba ¿me desmayaré en mi propio parto?.

Esos son mis antecedente. Pero ¿Qué pasó? ¿en qué momento dejó de dolerme?

Simplemente un día, tuve una infección de orina y al ponerme un antiinflamatorio descubrí que me había vuelto alérgica. Empezaron a salirme bultos en la cabeza, a inflarse los labios a los Kate Moss, y bueno, me había vuelto alérgica.

Ya no era posible volver a tomar espidifen, ni nolotil, ni ningún tipo de antinflamatorio. Tenía un miedo horrible a tener la regla.

¿Sabes qué pasó? Nada, no me dolió. No hizo falta tomar antiinflamatorios porque después de casi un mes sin ellos, ni paracetamol, ni nada, no me dolía.

Bueno, podía haber sido casualidad, pero no. Desde hace meses tengo alguna molestia leve pero no tengo ningún tipo de dolor menstrual.

Pero ¿cómo podía ser eso?

Empecé a investigar, y me topé con blogs que decían que la regla no dolía. Que es fruto de intentar ocultarla. Que esos dolores tienen más que ver con problemas emocionales que con un dolor físico.

Y es que algo es cierto. El dolor es un proceso por el cual nuestro cuerpo nos alerta de que algo va mal. Entonces no tiene sentido que un proceso que es natural duela de forma habitual y generalizada. Puede que el cuerpo más bien nos diga: tranquila, estás con la regla, baja un poco el ritmo, relájate.

Analizándo al único sujeto de estudio con el que cuento, yo misma, eso es lo que pasó. Como no era posible tomar nada, ya desde antes de comenzar con el período no me quedaba más remedio que asumir el momento de la regla como un hecho natural que tendría que asumir sin medicación. No había posibilidad de hacerlo de otro modo.

Por tanto en cada regla desde entonces, mi ritmo baja un poco, me relajo y me lo tomo como algo normal. Descanso, tomo agua suficiente y no fuerzo el cuerpo a nada que este no quiera.

El hecho de asumir mi período como algo natural y no como una enfermedad mensual estoy segura que ha sido el punto de inflexión en mi dolor. El darle a cuerpo su ritmo y escucharlo. Ahora sé que si vuelve a doler es que mi cuerpo está avisando de algo y que tengo que darle lo que me pide, que en ningún caso es medicarlo.

Quería darte mi testimonio porque cuando leas eso de que la regla no duele, y no te lo creas del todo, quiero que sepas que es así. Que si duele algo no va bien, o tu emoción o tu cuerpo.

Comparte este post

Cosas que puedes hacer para mejorar tu vida

Para escribir este post he querido contar con la inestimable ayuda de mis lectores. Desde las Redes Sociales y sobre todo por email día a día enriquecen mi vida. Para darle a ellos las gracias y ayudar a muchas personas a través de ellos te traigo aquí los mejores consejos

kVEPcWcfSA2tgOpRz9Za__DSC0765
espiritual
Eva González Mariscal

Antídoto contra el fracaso

Aunque el título sea cuanto menos pretencioso te aseguro que merece la pena que lo leas. Los hay que son expertos en Wordpress, en blogs, en empresas, en mil cosas… Yo soy experta en fracasar. Y a fuerza de fracasar tanto he aprendido cómo aumentar las posibilidades de que salga