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Cuando me abandoné porque no podía afrontarlo

 

Hoy me desperté triste. Ya apenas tengo estos episodios de tristeza profunda. Cuando me separé en el verano de 2014 me enfermé. Entré en una grandísima depresión. Primero porque mi familia se rompió. Todos los planes de futuro saltaron por los aires. Había pagado un préstamo para que mi ex se fuera de la relación sin cargas con el dinero que tenía y me llegó una deuda con Hacienda y otra con la Seguridad social. A pesar de pagar más de doscientos euros al mes a mis gestores, había metido la pata pero bien.

A eso se sumaron más problemas económicos no previstos, quedarme sola pagando una hipoteca y mi incapacidad para mantenerme al frente de mis negocios.

Este artículo tiene un PODCAST al final. Si quieres puedes ir al final del artículo y escucharlo directamente.

Llegó un momento que era incapaz de atender el correo, los negocios y la vida misma. Tuve que cerrar todo y confiar que la vida volvería a funcionarme. Básicamente que yo misma me lograría sacar. Me sentía como si un agujero inmenso se hubiera abierto debajo de mis pies y hubiera arrasado con todos mis éxitos y conmigo misma.

A todo esto le uní que mi ex se vino a vivir en frente mía con la chica con la que se había acostado durante un año. Que además creo dos blogs y varios videos para hundir mi imagen. Por algún motivo vive en una realidad paralela donde salvó a mi ex de una vida horrible, con una mujer que lo esclavizaba y le quería arruinar la vida.

Sin embargo de todo se sale. No cabe duda. Desde hace unos meses no nos falta el trabajo. Los intentos de los exs y acoplados por desestabilizar nuestra vida ya no nos afectan. Encontré mucho apoyo, nuevos amigos, una abogada en la que confiar y un montón enorme de oportunidades.

Me he casado, tenido un bebé que está sana y es preciosa. Mi maternidad con mi hija y mi esposo es tan agradable y creativa que quiero tener más. Y hasta pienso en hacer nuevas cosas y atreverme a entrar en campos que no había entrado.

Pero ayer, mientras volvía de la playa, mi marido me recordó que tenía que ir al dentista. Y entonces me acordé que en estos años no pude ir. Entre los problemas económicos y anímicos no pude asistir a una cita que tenía. Y nunca más me puse en marcha. Durante un tiempo tuve varios meses sin pagar la hipoteca, a veces ni llegaba a pagar la luz y tenía que pedir ayuda constantemente. Yo era lo último de lo último. Era capaz de cualquier cosa por mi hijo. Pero no por mí. Yo quedaba relegada al final del todo.

El autocuidado es tan difícil.

Nos abandonamos. Vamos relegando lo que necesitamos a un segundo, tercer y cuarto plano. Y cada vez se suman más cosas. Y llega un momento que tenemos que empezar a salir.

Hay que poner un pie delante de otro para salir.

A mí me daba una infinita vergüenza reconocer todo esto.

Pero confié. Llegó un momento que me di cuenta que tenía que confiar en que de todo se sale. Pero que hay que confiar mucho en una misma, en las personas que se quedan al lado y en el futuro. Porque el futuro está lleno de oportunidades que surgen.

La meditación me ayudó a mantener la calma. Me hizo serenarme en los momentos en que otros hubieran optado por volverse locos. Una mente clara te lleva al éxito.

Paso a paso para salir de tu agujero

  • Confiar en ti ayer, hoy y mañana
  • Confiar en ti, en la gente que se queda y en el futuro
  • Empieza por el primer paso para solucionar tus problemas
  • Sé generoso con el mundo
  • Haz de la meditación tu punto de partida
Por favor, escucha mi podcast donde te explico todo esto con mucha más profundidad.

Escucha»Paso a paso para salir de tu parón profesional y personal» en Spreaker.

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Eva González Mariscal

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