Este es el primer capítulo de una nueva serie del blog de Mamá Convergente llamado «Las mujeres poderosas saben cómo ganar dinero».
Te recomiendo leer de qué va antes de iniciarte en la lectura de este artículo, porque es importante que te ubiques bien antes de adentrarte en estos capítulos. Cuando lo leas si no sientes realmente que es el momento de cambiar el rumbo de tu historia personal con el dinero te recomiendo que no sigas adelante con esta lectura, porque seguramente te aburrirá y te sentirás completamente desubicada. Por el contrario si te sientes atraída por la idea, es que estás preparada para cambiar tu historia. Así de simple suelen ser las cosas.
Quiero ser muy concisa en este capitulo porque quiero que te concentre en ti y tu relación actual con el dinero. El noventa y cinco por ciento de las mujeres que leen este blog son mujeres, así que te identificarás rápidamente con estos cinco problemas que te están afectando para ganar el dinero en la cantidad que tú quieres. Son problemas de mujeres, y muchas son las que tienen ese mismo problema. Por eso, aunque hace años ya que trabajamos fuera y montamos nuestras empresas, ganamos menos dinero y a veces en peores condiciones. No solo es culpa tuya, es algo social. Y no te pasa solo a ti, sino que nos pasa a muchas mujeres.
Vamos ahora a ver los cinco problemas que estás teniendo en tu relación con el dinero:
- Te da miedo
Durante muchos años has aprendido a tener una relación inconsciente personal con el dinero. Una mala relación. Muchas veces hay que hacer una limpieza de las cosas que nos estorban dentro de la cabeza. Si vas a cambiar el sofá del salón ¿no es lógico que saques el viejo antes de meter el nuevo?
De igual manera que tenemos relaciones amorosas que tenemos aprendidas de los padres, la relación con el dinero es igual. Pero igual que puedes cambiar tu forma de ver la pareja a pesar de tu infancia, también la relación con el dinero.
Si miras en tu historia personal, todo lo que aprendiste de tus padres con respecto al dinero, te darás cuenta de muchas cosas. Yo por ejemplo me di cuenta de que mis padres me habían inculcado que tenía que tener un trabajo fijo como ellos, y que de esa manera estaría segura. Por tanto me siento muy insegura en muchas ocasiones cuando tengo un negocio nuevo.
Sin embargo aprendí de igual manera que tener deudas no es malo si puedes pagarla y esas deudas sirven para ganar más dinero. No a todo el mundo le pasa esto segundo, hay muchísimas gente que no se atreve a tomar un crédito si lo necesitan para su negocio. No están educados así.
Mira dentro de ti y explora realmente tu relación con el dinero, y la relación de tus padres con el mismo. Puede que tengas que desaprender muchas cosas.
- Sientes que el dinero es algo sucio
Tienes dos problemas. El primero es que culturalmente tomamos el dinero como algo material. Cómo una cosa que pasa de unas manos a otras, y los malos (ricos) lo acumulan. Tenemos la creencia de que cuantos más ricos hay más pobres habrá. Hay una frase que lo define: "para que haya ricos tiene que haber pobres". Y los pobres por tanto deben pensar que el dinero es malo persé.
Pero el dinero ¿qué es en realidad? Es una cosa que nos ayuda a obtener cosas. Para conseguirlo tenemos que ganarlo, y lo gastamos en adquirir otras cosas. Por tanto el dinero es ni más ni menos que algo que sirve para intercambiar, sólo que unos tienen mucho y otros muy poco. Y otro tanto tiene lo justo que necesita. Pero ¿qué es lo que realmente necesitamos? ¿cuanto dinero necesitamos? ¿es malo tener más de lo que necesitamos?
Tenemos una distorsión de la estética del dinero bastante comprometedora hacia nuestro futuro. Porque es difícil conseguir algo que vemos como feo o sucio.
- No sientes que seas tú quien tiene las riendas
Sí, seguramente piensas que tú no tienes el poder de ganar dinero. Porque piensas que no puedes conseguir trabajo o crear tu propio trabajo. Porque crees que no tienes ideas o eres creativo. En definitiva, no tienes la sensación de tener las riendas sobre cómo ganar dinero.
Pero en muchas ocasiones tampoco las tenemos a la hora de invertirlo y en muchos hogares en los que la mujer trabaja no es capaz de decidir sobre el grueso del dinero. Quiero decir, que no son capaces de realizar grandes inversiones en temas por ejemplo personales o profesionales. Conozco muy pocos casos en que un marido sea capaz de hipotecar una casa para lograr poner en marcha el negocio de su mujer.
Si no sientes que seas capas de mantener el control sobre lo que ganas y lo que inviertes te costará mucho más poder hacerlo.
Imagina que llevas un coche y tienes la sensación de que no lo vas a controlar. Que piensas que si le das a la derecha va a ir a la izquierda. Es dificil que te atrevas a conducirlo. Por lo tanto no conducirás el coche y no podrás ir al lugar que quieres.
Pues con el dinero pasa lo mismo. Depende de ti y de cómo te plantees las cosas
- Pides permiso y pides perdón
Si no tienes la sensación de que controlas el dinero, pero el dinero está ahí, existe, entra y sale. ¿Quien controla el dinero? ¿tu jefe? ¿tu marido? ¿tu madre? Te infantilizas. Por tanto pides permiso y perdón con frecuencia. No tienes la capacidad de llevar el control. No piensas que puedes llevar el control.
¿Porqué haces esto? En el ´siguiente punto te lo explico.
- No crees que lo mereces
Yo siempre tendía a cobrar muy poco dinero por los proyectos que realizaba para los demás. Valoraba exclusivamente el tiempo que dedicaba a ello.
Recuerdo que en mi época que me dedicaba a la infografía 3D era tan rápida que podía hacer un trabajo en tres horas en lugar de unas 20 o 30 que podía llevarle a otras personas. Si cobraba por hora cada proyecto podía costar entonces 10 veces menos que lo que cobrarían otras personas. Pero me di cuenta de algo, lo que yo hacía valía mucho más que eso, ¿sabes porqué? porque yo podía conseguir tener un trabajo que en otros sitios tardarían 2 semanas en 24 o 48 horas. Por tanto mis 3 horas de trabajo podían ser más caras que las 30 de otra persona, porque hacía un proyecto más rápido. Por tanto el cliente que necesitaba algo rápido estaba a dispuesto a pagar más por mis tres horas que por las 30 de otra persona. De esa manera conseguía que mis proyectos valieran 150 euros la hora.
No es un precio elevado. A esas horas de trabajo les sumo todas aquellas que estuve en formación, y mis muchos años de experiencia en proyectos grandes, mi ordenador de cuatro núcleos y los otros cuatro ordenadores que puedo conectar al mismo. Y el talento. Todos tenemos talentos, y los vamos desarrollando a lo largo de los años.
De igual manera cuando ejerzo de consultora empresarial. No se trata de las horas que dedique a un proyecto sino del valor que estés ofreciendo al mismo. En qué forma repercute, qué valor estoy dando, cómo lo va a percibir la otra persona.
Puede que no hayas aprendido a MERECER. Sino a conformarte con lo que tienes. Las mujeres más que los hombres. Cuando eres consciente del valor que aportas eres capaz de negociar el precio que tienes.
Y me dirás ¿pero y si no me lo pagan? Otras personas lo harán. Esas personas que necesitan ese valor que tú puedes aportar.