Mi hija, la de la grima social, se ha quedado su primera noche con la abuela. Yo tenía que venir a Madrid a un asunto importante que ya os contaré más adelante.
La he dejado con paraguas y corona, Baby Shark el Peluche, Skype de Patrulla Canina, el bebé y una colección de biberones que suele insultar que yo proponga. Y dos chupes que sólo ha usado un par de veces en la vida.
Suena a noche movida porque anda con tos y vómitos intermitentes. Pero mientras tenga unos cascos y un paraguas puede seguir refugiada de esa sociedad que tanta grima le da a veces.
Y por supuesto, su corona.
Espero que descansen algo. Yo será la segunda noche en dos años y medio que duerma del tirón.