No estoy del todo segura si la fijación de objetivos hubiera estado mejor situada en los primeros días, pero entiendo que sin consciencia ni responsabilidad tus objetivos hubieran diferido mucho de algo realista.
Un objetivo debe ser realista y alcanzable. Y para que sea realista y alcanzable tiene que estar dentro de nuestro ámbito de actuación. Es decir, que necesita de tu resposabilidad única y exclusivamente. Sin manipulaciones, ni victimismos, ni cambiar a otros. Es un gasto de tiempo y energía cómo hemos visto, un cambio necesita de una motivación que algo que es intríseco en la persona.
Mi padre, psicólogo científico, me decía que la motivación es lo que siente una rata cuando ha perdido el 30% de su peso. Básicamente que la motivación más pura proviene de las necesidades básicas, en este caso comer.
En el caso de la autoestima está relacionada con una de las necesidades básicas de la pirámide de Maslow, la necesidad de reconocimiento y de autoreconocimiento. Necesitamos sentirnos queridos y apreciados por los demás y nosotros mismos.
Cuando intentamos que otra persona cambie a través de esa necesidad de reconocimiento puede que funcione o no. Como te expliqué antes, las probabilidades de que no funcionen son muchas, primero por la incapacidad de llevar adelante la amenaza y dejar de quererlos y segundo porque pueden tener la autoestima suficiente para pensar que si no lo quieres es porque no lo mereces. Incluso se puede dar la circunstancia de que piense que en realidad es una víctima que es amenazada porque la otra persona es mala.
La cuestión es que esa motivación puede no ser ni suficiente ni aceptable eticamente.
Sin embargo todos necesitamos sentirnos reconocidos. A veces nos saboteamos no intentando tener relaciones con los demás con miedo al rechazo. Otras nos hacemos creer que no los necesitamos. Pero esa necesidad está ahí.
La única sobre la que tenemos control es sobre la estima a nosotros mismos. Yo puedo quererme y reconocerme, y valorarme positivamente sin basarme en victorias, resultados o en comparación con otros.
Por experiencia sé que el momento en que tu autoestima es fuerte y sana, las relaciones con los demás cambian y te relacionas con personas diferentes. Las relaciones que ya tienes también cambian, algunas desaparecen, otras se compensan y otras se convierten. Las cosas cambian y lo hacen a mejor.
En realidad todos somos más fuerte de lo que pensamos para afrontar los cambios. Pero una vez ocurren se afrontan. La vida no es una línea recta, tenemos una visión lineal que no es real. La vida suele ser más cíclica que lineal. La cuestión es que cada ciclo vaya mejorándonos, en lugar de destruirnos. Y para eso el recurso que tienes eres tú. Lo fuerte o lo débil que salgas de una crisis cualquiera depende de tu capacidad para afrontarla y la manera positiva en que lo hagas.
Esto quiero decírtelo antes de marcar los objetivos porque casi siempre que intentas conseguir algo importante en el que involucras tu autoestima existen crisis. Esas crisis que tengas existirán para todas. Tu discurso interno tarda un tiempo en funcionar en automático de manera positica. Si llevas años dialogando en negativo, saboteándote, victimizándote y sin refuerzo positivo (“Venga, tú puedes” “Sigue” “vamos”), hasta que el discurso sea en positivo de manera automática lleva tiempo.
Tendrás por tanto crisis que superar en el camino. Dudarás de tu criterio. Intentarás sabotearte. Te sentirás incapaz. Pero eres fuerte. Eres mucho más fuerte de lo que tú te crees, y en realidad “el otro yo” no es más fuerte que tu “yo consciente”. Tendrás que entrenarlo, reforzarlo y premiarlo para que funcione positivamente en automático. Eso tendrá un efecto enormemente positivo el resto de tu vida.
Tener un diálogo positivo no te garantiza que todo vaya bien y que nunca te equivoques. Conseguirá que seas más feliz y además consigas cosas que antes creías impensables. Esos tres objetivos no tienen porqué ser fáciles pero tienen que ser realistas.
Por ejemplo, si no has salido nunca a correr no puedes plantearte correr diez kilómetros diarios. Lo que sí es realista es que puedas correr cinco minutos diarios.
Estos objetivos semanales pueden estar vinculados al objetivo global. Para conseguir un objetivo es necesario que te plantees un hábito por lo general. Es decir, si quieres estudiar, tendrás que plantearte estudiar una serie de minutos diarios, a fin de que sea un éxito. Si quieres mejorar la relación con respecto a la pareja tendrás que empezar por establecer pactos y aprender a dialogar en lo que respecta a tu persona. Sea cual sea tu objetivo global, tener metas semanales ayudaran a crear unos hábitos.
No se ponen de acuerdo en los días que se tarda en generar un hábito. No es lo mismo un hábito que requiera mucho esfuerzo o poco. También depende de la cantidad de sacrificio que una persona sea capaz de admitir y de otros factores, como los emocionales. Todo depende de tu motivación y tu diálogo interno.
Pero en el proceso es muy posible que aparezca crisis, y tú tienes en tu mano la manera de superarlas.
Que no puedas conseguir un objetivo concreto, como has aprendido, no es motivo para lastimar tu autoestima. Cómo lo utilices en tu pensamiento determina cómo actuarás con otros retos que afrontes. Realizar un anclaje negativo y generalizar porque no has conseguido algo concreto no eres capaz de conseguir nada es una falacia.
Tienes que aprender, analizarte y seguir intentándolo, sin sabotearte y sin maltratar la autoestima. Tomar la derrota como algo circunstancial puede que sea lo más sano.