Hasta ahora hemos hablado de compromiso y de respeto por tu tiempo. Hoy quiero que entiendas qué es la autoestima.
La autoestima es la valoración que haces de ti. Cómo tú te valoras y cómo de capaz de sientes para afrontar la vida.
Podrás encontrar mil formas de definir la autoestima por diferentes autores. A mí sin duda me gusta ésta.
En sociedades dicotómicas como la nuestra, el bien y el mal, lo bueno o lo malo, está muy marcado. Por eso nos valoramos o bien o mal, muchas veces sin matices.
Podemos hacer un juicio de valor con respecto a nuestro cuerpo, nuestra capacidad mental o nuestros éxitos. Descomponer a una persona en partes y hacer una valoración sobre cada parte es muy complicada. Incluso si la dividimos en esas tres partes es difícil que lo midamos bien.
Por ejemplo, si valoramos nuestro cuerpo, por lo general no basamos nuestra estima en lo bonitos y bien que funcionan nuestros riñones. Por norma lo hacemos con respecto a nuestro aspecto físico. Dentro de nuestro aspecto podemos definir la altura, el peso, la estructura corporal, la relación altura peso, ecétera. Pero en realidad lo que hacemos es comparar con un estándar de lo socialmente aceptado o bello.
Con el aspecto físico las mujeres tenemos un problema. Para muchas el atractivo físico que tenemos lo asimilamos a poder. Es decir, que las mujeres confiamos nuestro poder en relación al atractivo físico que tenemos. Somos más poderosas en tanto en cuanto nuestro atractivo físico es mayor. Por tanto a mayor atractivo mayor poder. El poder es una medida de nuestro éxito. Por tanto ser más atractiva, significa ser más poderosa y por tanto tener más éxito.
El atractivo físico lo consideramos poder en tanto en cuanto creemos que influye sobre los demás. Sobre todo en las sociedad heteronormativa como poder de influencia sobre los hombres. También lo vinculamos a la capacidad de elección. En el momento en que consideramos que tenemos un mayor atractivo físico creemos tener un mayor poder de decisión en cuanto a las parejas sexuales o sentimentales. También se asocia a una mayor capacidad para conseguir trabajo o tratos comerciales.
En el caso de la mujer, se ligan muchas cosas al atractivo físico. Esto es los hombres no se da de manera tan visceral. Para ellos el poder se vincula más a las posesiones y al éxito. Es decir, para ellos su atractivo no es precursor del éxito, sino su detonante. El atractivo deja de ser físico para basarse más en el dinero, la posición social o su capacidad intelectual.
Te cuento todo esto porque creo que para conseguir una autoestima sana hay que entender exactamente qué nos pasa. Es decir, que gran parte de tus problemas son problemas los compartes con tu género y con tu generación.
De tu generación derivan otros problemas. El físico lo heredamos desde antes de tu generación, aunque más acentuado y con otras normas. Ha cambiado mucho por el modelo que se presenta de belleza. Pero además se suman otrosproblemas. Las mujeres de mi generación tenemos que, además de ser bellas y jóvenes, ser profesionales con buen puesto de trabajo, dinero propio, buena cultura y capaces de llevar a la vez una profesión de éxito, una casa y educar y cuidar a los hijos. Es más, no sólo cuidar de los hijos sino cuidar en general.
Hace unos años leí un libro que tenía mi madre en casa donde se hablaba sobre cómo debía comportarse una mujer en el trabajo. Durante la época franquista había una apertura aunque pequeña y con condiciones, a que la mujer trabajara. En ese libro ponía como imprescindible que la mujer en el trabajo tenía que tratar a sus compañeros varones del mismo modo que con su marido, padre o hermanos, cuidándolos y respetándolos. Esto quería decir que si te pedían un café o un vaso de agua tenías que llevárselo por encima de tu condición profesional.
Yo estuve en un puesto de trabajo cuando tenía unos veinte años donde mi jefe me pidió a que fuera a por los productos de limpieza de la oficina porque “yo sabía más de eso”. Mi jefe era un señor de cuarenta y pocos años. Quiero decir, que no por haber avanzado socialmente el papel de cuidadora total ha quedado atrás.
Por tanto la mujer se exige a si misma algunas cosas como ser la cuidadora perfecta que en hombres difícilmente encontraríamos. Los suyos son problemas más relacionados con su capacidad de ser proveedor de la familia. Por eso en momentos en que el hombre se encuentre sin trabajo o aquellos que no hayan logrado éxitos profesionales pueden tener su autoestima comprometida.
Pero como te decía, las mujeres de mi generación seguimos en esa cuerda floja en que nos exigen que trabajemos y ser a la vez cuidadoras universales. Por tanto, aquellas que trabajan fuera y sueltan las riendas del cuidado, y aquellas que se dedican exclusivamente al cuidado y no a su faceta profesional, ambas comprometen su autoestima de algún modo.
Volviendo a la autoestima, voy a tomar de referencia la diferenciación que hace Martin Ross porque creo que es la más sencilla de entender, y la más interesante para que podamos medir nuestra autoestima y encajar con uno de estos tres estados. Martín Ross hace una diferenciación de estado dependiendo de las hazañas (éxitos, honores, virtudes,…) o las anti-hazañas (derrotas, verguenzas, deshonores,…)
Autoestima Derrumbada
Cuando la persona no se considera apreciable. No se considera valiosa por sí misma.
Puede estar desencadenada por una derrota o vergüenza o situación que la vive como tal y se da el nombre de su anti-hazaña. Por ejemplo si considera que pasar de cierta edad es una anti-hazaña, se auto define con el nombre de su anti-hazaña y dice «soy un viejo».
Se tiene lástima. Se auto-insulta. Se lamenta. Puede quedar paralizado con su tristeza.
Autoestima Vulnerable
El individuo se quiere a sí mismo y tiene una buena imagen de sí. Pero su Autoestima es demasiado frágil a la posible llegada de anti-hazañas (derrotas, vergüenzas, motivos de desprestigio) y por eso siempre está nervioso y utiliza mecanismos de defensa.
Un típico mecanismo de protección de quienes tienen Autoestima Vulnerable consiste en evitar tomar decisiones: en el fondo se tiene demasiado miedo a tomar la decisión equivocada (anti-hazaña) ya que esto podría poner en peligro su Autoestima Vulnerable.
Muchos denominados fanfarrones tendrían Autoestima Sostenida, que consiste en un tipo de Autoestima Vulnerable por el cual la persona sostiene su Autoestima de alguna hazaña en particular -como puede ser éxitos o riquezas o poder o belleza o méritos- o de una imagen de superioridad que cuesta mantener. Aunque se muestra muy seguro de sí mismo, puede ser justamente lo contrario: la aparente seguridad solamente demuestra el miedo a las anti-hazañas (fracasos,derrotas, vergüenzas) y la fragilidad de la Autoestima.
Trata de echar culpas para proteger su imagen de sí de situaciones que la pondrían en riesgo. Emplea mecanismos de defensa tales como tratar de perder para demostrar que no le importa una derrota ( proteger a su orgullo de esa derrota). Es envidioso aunque no puede asumir su envidia.
Autoestima Fuerte
Tiene una buena imagen de sí y fortaleza para que las anti-hazañas no la derriben. Menor miedo al fracaso. Son las personas que se ven humildes, alegres, y esto demuestra cierta fortaleza para no presumir de las hazañas y no tenerle tanto miedo a las anti-hazañas.
Puede animarse a luchar con todas sus fuerzas para alcanzar sus proyectos porque, si le sale mal, eso no compromete su Autoestima. Puede reconocer un error propio justamente porque su imagen de si es fuerte y este reconocimiento no la compromete.
Viven con menos miedo a la pérdida de prestigio social y con más felicidad y bienestar general.
Una vez con ésto tienes que saber que una autoestima no es indestructible por fuerte que sea. En la vida según ciertas circunstancias podemos pasar de un estado a otro.
Pero como bien dice Ross, una autoestima fuerte no se compromete en base a un fracaso o una anti-hazaña. Hace falta más para comprometerla. Por eso trabajar para una autoestima fuerte es vital.
A veces la autoestima actúa como las arenas movedizas. Cuando caes en una bolsa de arenas movedizas todo los movimientos que hagas por escapar de ellas solo hace que te hundas más. La única manera de salir de las arenas movedizas es inclinar todo tu cuerpo en una única dirección para escapar. Si no haces más poco a poco vas saliendo de ellas. Del mismo modo pasa con la autoestima y otras muchas cosas que nuestro cerebro produce. Cuanto más las remuevas y más luches y te muevas, mayor será el globo, y más difícil es que salgas. Sólo haz lo que necesitas y mantente en esa dirección y poco a poco irás saliendo.
