Icono del sitio Mamá Convergente

#3 No sé cual es el primer paso para empezar

poco

Nos informamos demasiado, pensamos demasiado y actuamos poco. Nada es peor enemigo del cambio que seguir ahí sentada pensando. Si quieres que te pasen cosas haz cosas. ¿Sabes porqué yo no hacía cosas? ¿Porqué siempre que hacía algo era detrás de alguna empresa o de otra persona? Porque tenía miedo. Sí, yo tenía miedo. Tenía un montón de miedo a defraudar, a no llegar a ser nadie en la vida, a no hacer algo importante. Y como no sabía que hacer no hacía nada importante.

Es difícil hacer algo importante si tienes miedo. Y eso te paraliza, lo sé porque a mi me pasaba. Si te quedas en casa, en el trabajo, en sitios que sean seguros, no te pasa nada. Ni malo, ni bueno. Simplemente pasan cosas intrascendentes. Eso es lo que llaman en desarrollo temporal la zona de confort. Ese sitio donde te siente a gusto y tranquilo, pero que te aburre y te pone un poco triste. Y te causa desánimo porque sabes que ahí fuera, en ese sitio que no conoces hay algo. Te da miedo por si es malo. O por si pierdes lo que tienes por ir a buscarlo.

Pero ¿y a donde voy? Eso es lo de menos, da igual lo que hagas. Daba igual lo que yo hiciera. No sabía porqué abrí realmente este blog. Y recibí con él muchas críticas, y viví algunos momentos desagradables por exponer mi opinión. Lo hice aunque fuera doloroso, porque eso era yo. Y ese era el lugar que quería explorar. Y después vinieron un montón de cosas muy buenas, las oportunidades profesionales, los amigos, los intercambios. Pero antes fue difícil. Exploré un lugar que no conocía y me daba miedo.

Pero pasaron cosas porque entré en la «zona peligrosa». Si no hubiera hecho nada no hubiera pasado nada. Cuando lo hice no sabía todo lo que vendría con ese cambio. 

Cambio, movimiento, generosidad, todo eso hace que las cosas cambien, que todo empiece a funcionar mejor.

Salir de la versión móvil