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La buena comunicadora

Me acuerdo del primer día que alguien me dijo que era una buena comunicadora. Trabajaba en el Centro Tecnológico de la madera y el Mueble de Andalucía en proyectos.

Entré en una reunión como autónoma y salí como trabajadora del centro. Allí los empresarios para los que presentaba la oferta, me dijeron que no sólo les interesaba mis conocimientos, sino la actitud positiva y la sensación esa de quien te va a ayudar a salir de marrones.

Me gusta transmitir sobre todo felicidad. Irradiar luz por los cuatro costados. Y confiar en la gente que merece la pena.

Me gusta confiar en que todos pueden también. Y que todo se puede. Y me encanta ser positiva. Sonreír. Reírme con la gente que lo merece.

La gente se merece que confíen en ella.

Mucha gente me dice «es que mis padres no creían en mí», «mis profesores me decían que no iba a llegar a nada». A mí me gusta confiar en la gente, transmitirles que pueden hacer cosas que no se imaginan. Y que brillen.

Y que cuando lleguen a alcanzar sus sueños, miren con el mismo cariño y les den el mismo ánimo a los demás que les dieron a ellos.

Eso es comunicar. Supongo que soy buena comunicadora porque quiero hacer felices a los demás.

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